Tiempo para cocinar ideas a fuego lento
Nuestro cerebro busca soluciones para resolver problemas de forma instintiva ante situaciones de peligro.
Con el COVID-19 nuestro cerebro se ha visto forzado a experimentar impulsos y emociones que probablemente no había vivido antes. Entramos en pánico y corrimos a los supermercados. Llenamos los carros para asegurar nuestra supervivencia y, una vez abastecidos, nos encontramos con una situación que muchos no terminábamos de visualizar: el confinamiento.
Alguno de nosotros ya habíamos trabajado desde casa de forma puntual. Hacía tiempo que disponíamos de la tecnología necesaria para poder trabajar en remoto. Sin embargo, nadie anticipaba que llegaría el día en el que todos nos viéramos obligados a desempeñar nuestra actividad desde casa por orden del gobierno.
A mal tiempo buena cara
Vivimos un momento experimental que nos ayudará a evolucionar como profesionales. Debemos pasar por una fase de práctica y adaptación. Una fase en la que aprenderemos a valorar las ventajas que tiene trabajar desde la comodidad del hogar. Una fase en la que aprenderemos a silenciar la histeria y también a ignorar las numerosas distracciones que nos rodean. Aprenderemos a centrarnos y en breve seremos igual de eficientes y resolutivos, o incluso más que desde el escritorio de nuestra oficina.
Una lección para el futuro
Estos días de teletrabajo nos servirán para cambiar nuestra percepción del trabajo de oficina tradicional. ¿Realmente necesitamos estar en un sitio en concreto en tiempos de híper-conexión? Gracias a herramientas como las VPN tenemos acceso a nuestro servidor desde cualquier punto del mundo. Con aplicaciones de videoconferencia podemos reunirnos igual que lo haríamos en una sala de reuniones. Y, gracias a los chats, estamos intercambiando mensajes de forma rápida y continua.
Un guiño hacia el futuro
Trabajar desde casa ya no es solo cosa de autónomos y la oficina convencional ya no es imprescindible como nos han demostrado los coworkings. La tecnología abre las puertas a un cambio de cultura laboral.
A fuego lento
Es momento de pensar en proyectos a medio y largo plazo. Aprovechemos estos días para pensar en mejoras que fortalezcan nuestro negocio y de las cuales puedan beneficiarse nuestros clientes. Las ideas, al igual que la comida, se cocinan mejor a fuego lento.
Más disponibles que nunca
Aunque estemos en casa, seguimos dándolo todo igual que siempre. Prestamos el mismo servicio y durante la misma franja horaria con total normalidad. El coronavirus no nos vencerá porque nosotros somos más fuertes que el vinagre.
¡Ánimo!
Lo mejor todavía está por llegar.
